Buzón del CNT nº397 Febrer. Descarrega’t-el o llegeix-lo on-line a aquí: http://cnt.es/periodico/peri%C3%B3dico-cnt-n%C2%BA-397-febrero-2013

Suso Garcia

En el número de enero aparecía en esta página un escrito de un compañero bajo el título de “La Invención del Sindicalismo combativo” (http://cntoviedo.blogspot.com.es/2012/12/la-invencion-del-sindicalismo-combativo.html). Tras una lectura rápida tengo que decir que discrepo con las valoraciones y comentarios que allí se hacen. Pero esto está dentro de lo normal, pues me parece que en una Organización como la nuestra deben tener cabida, no algunas, sino muchas interpretaciones de la realidad en la que nos encontramos y de las estrategias que seguimos. Si esto pasa entre sindicatos, con mayor razón entre los miembros que conformamos los mismos.

Que la CNT vaya o no acompañada, en algunos lugares, de otros sindicatos a las manifestaciones me parece una cosa un tanto baladí para nuestra Organización, en relación a los grandes problemas que como Organización y como Clase se nos vienen encima a los trabajadores. Así que permitidme que añada a todo este al parecer motivo de discusión un simple “respeto por las decisiones que hayan tomado los sindicatos, unos y otros, tanto si han decidido una cosa, como la contraria” ya que nadie mejor que ellos para decidir lo más conveniente a la Organización según sea el tiempo y el lugar.

Ahora bien, lo que ya no entra en esta cabezota de militante es que un militante de la CNT pueda poner en nuestro Órgano Confederal que es público y de difusión del anarcosindicalismo, que la CNT desde su último Congreso tiene un descenso notable de afiliación y militancia. En primer lugar, porque no es cierto. En segundo porque, aunque lo fuera, creo recordar que existe un obligación moral y estatutaria, y un lugar adecuado para lanzar estas afirmaciones. Una vivencia parcial y localizada en algún lugar de nuestra Confederación puede permitir ser tan ciego a la realidad quevive hoy la Confederación, a no ser que las intenciones del escrito sean utilizar un argumento (falso) para justificar una posición, ideológica o táctica.

De entrada, el hecho de comparar, como argumento, la postura adoptada por la CNT en el año 36, al entrar en el Gobierno de la República, con la CNT que en la actualidad sale a la calle junto con otras fuerzas a defender los derechos más básicos de la Sociedad, es ya de por sí patético y delirante. Para explicar el por que de aquellos acontecimientos de hace ya 80 años hacen falta algo más de dos líneas y bastante más de conocimiento de nuestra Historia. Uno podrá estar de acuerdo o no con los resultados del X Congreso. Esperar que de él surgiese como por arte de magia una CNT super implantada en la Sociedad, sería de ingenuos. Lo que sí que se han puesto son las bases. De eso no me queda la menor duda. Y por la misma, atribuirle a los acuerdos congresuales la potestad de hacer de nuestra Organización un desastre de continuas bajas de afiliados y sindicatos es retorcer la realidad hasta que esta sea sólo un espejismo.

¿Qué Regional de nuestra Confederación está sufriendo esta debacle? ¿Galicia quizás? ¿Cataluña tal vez? ¿Norte, Aragón, Centro…? Quisiéramos que cada una de ellas hablara y nos dijera la situación de hace unos años y la actual. Que nos dijeran cuántos conflictos laborales, secciones sindicales, huelgas, se ha cían entonces y se hacen ahora. Deberíamos de una vez, empezar a entender que es nuestro trabajo diario el que provoca crecimiento, estancamiento o inanición. Llevamos décadas viendo en enemigos externos e“internos” algo que no está sino en nuestra incapacidad. Y como de eso estamos aprendiendo a deshacernos, es cierto que algunos, no muchos, no sólo no lo entienden ni aportan, sino que entorpecen.

Por último, el compañero hace algunas afirmaciones que entran dentro de lo discutible y por tanto entiendo que son sus opiniones. Que la CNT renuncie a su antiestatismo y otra serie de afirmaciones, habrá que entenderlo como eso, sus opiniones personales. Creo que en la asamblea de su sindicato podrá formalizar todas ellas e intentar desde el mismo contribuir al debate teórico de nuestros Congresos. Entender otra cosa sería interpretar que en la CNT somos tontos, y que sólo él sabe interpretar que debemos o no reivindicar, el cuándo y el cómo. Como de los errores se aprende, estoy seguro de que la Organización aprenderá de los suyos. De hecho, estamos aprendiendo también de uno, a mi juicio fundamental y que nos ha llevado a la situación actual. No podemos seguir otros 30 años tomando acuerdos en los Congresos como hicimos en el de Bilbao en 1990, y no llevándolos a la práctica. Si los que tomamos lo hacemos mal, vendrá otro Congreso y los modificará. Lo que no puede ser es que por miedo al error uno se mantenga en la más completa apatía, y amarrándose a unos conceptos teóricos, mal entendidos para más INRI que sirven para preferir dejar las cosas como están antes que arriesgarse.

Nunca en 30 años estuvo la CNT haciendo un trabajo tan serio en lo sindical como ahora. No es un desprecio a la CNT de los 80, en la que yo estaba. Cada tiempo tiene su momento. Aquellos fueron años de supervivencia límite. Ahora vienen tiempos de implantación, de secciones sindicales que conformen sindicatos fuertes, no pequeños grupos de propaganda, y de nuevos sindicatos en lo geográfico que lleven el anarcosindicalismo a cada rincón.

Salud y Debate.