Un nuevo artículo de Acratosaurio Rex del portal “Alasbarricadas”

Pregunta un lector anónimo, que qué posibilidades veo en los sindicatos a la hora de convocar una huelga generalizada de algún tipo, ante la crisis que estamos viviendo. Ello me ha llevado a acordarme del Poder de Desconvocatoria que me explicó Durruti. Es imposible (1) que los actuales sindicatos solventes puedan convocar cualquier cosa efectiva. Y los insolventes, lo tienen crudo.

Uno de los principales poderes que tienen los sindicatos en la actualidad, no es el Poder de Convocatoria, sino el poder de desconvocatoria. El sindicato que desconvoca lo que ni siquiera pudo convocar, es alguien, mientras que el que convoca con grandes fatigas, es prácticamente, nada. El sindicato que tiene capacidad para frenar, anular y desmovilizar, es el que es deseado por la empresa, que agradece la existencia de un ente eliminador de conflictos. Y es el temido por el resto de sindicatos en pelea. Si una central decide convocar esto o lo otro, y consigue ganar la colaboración de los trabajadores, siempre se topará con algún sindicato que dé razones para dejar de hacer aquello que se esté haciendo. Se produce entonces un tambaleo en la capacidad de lucha colectiva. La llamada al orden del sindicato desconvocador, hace dudar al proletario: ante la opción de un conflicto largo, (en los que te muelen a palos, multas, despidos, juicios y penurias), y la vuelta a la gris rutina, el laborioso proletario suele elegir el retorno a casa con las orejas gachas.

En la lucha, el sindicalista que desmoviliza es reconocido por el empresario como la persona con la que se puede hablar y llegar a acuerdos. Una persona que puede desmovilizar en virtud de su solvencia y pundonor, a unos trabajadores que llevan bloqueando con sus iniciativas la producción, siempre es bien recibido. El resto de sindicalistas reconocerán a un competidor, una persona que está jugando a mantener o a conseguir influencia. Ante los trabajadores, en el momento de la desconvocatoria, estará mostrándose como la persona solvente que consigue hablar con los inasequibles jefes y arrancarles alguna concesión. Así que los sindicatos al uso no pueden convocar a los trabajadores, sino desconvocarlos.

 

En cuanto a las convocatorias, también merecerían un capítulo. Los sindicatos, para ser vehículos de la reivindicación, habrían de seguir a los colectivos obreros en su movilización o en su desmovilización, casi a modo de un reflejo, de un dispositivo reforzador y amplifivivocantes cador de la acción popular; pero no pueden ir por delante, no pueden dictar los motivos, el lugar y hora de la protesta; no pueden autonomizarse, desgajarse de los colectivos que dice representar, y de cuya lucha pretenden ser un arma.

 

Problema sindical convocativo, nadie sabe resolverlo. Sindicalista combativo, combate el poder de Desconvocatoria. Lo que es de uno es de todos lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

 

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NOTA

(1) Si convocasen algo medio en condiciones, significaría, o bien que los convocantes no serían sindicatos, o bien que habrían dejado de ser sindicatos. No que el acratosaurio esté equivocado.