Entrevista a Claire Auzias con motivo de su libro, recientemente editado en España por la editorial Pepitas de Calabaza, bajo el título “Gitanas. Hablan las mujeres «roms» de Europa”.

F.J.F. Andújar / Traducción: S. Carmona / Periódico cnt

Claire, ¿que nos puedes contar sobre este libro (el primero editado en España)?

Este trabajo es la respuesta a muchas de mis preocupaciones. En un primer tiempo, dar la palabra, o mejor dicho restituir la palabra a los que no la tienen y que sin embargo, sí,  tienen algo interesante que decir.

En lo que se refiere a las mujeres gitanas, mi experiencia feminista de la vieja escuela, me permitió darme cuenta que sistemáticamente se encuentran escondidas detrás de los gitanos que son siempre los principales interlocutores. En mis estudios profesionales, muy pronto fue patente que ellas eran incomprendidas y minusvaloradas. Estas son las razones por las cuales quise empezar abriéndoles una puerta en un contexto bien definido.

En Europa, los gitanos españoles son conocidos en el mundo entero. Mal conocidos, falsificados, pero todo el mundo sabe que hay gitanos en España. No es el caso en otros países. Poco saben que hay Sinti (Gitanos) en Alemania y en todos los países del mundo. Publicar este libro en España es un honor para mí. Espero que contribuya a la liberación de las mujeres gitanas y de su pueblo.

Hay una parte casi artística de fotografías de Èric Roset

Es cierto. Tengo por costumbre trabajar en dúo con Eric Roset por diferentes razones. La primera es porque lo conocí gracias al Centro Internacional de Investigación sobre el Anarquismo de Lausanne. Estaba ahí de prácticas. Nos caímos muy bien y nos hicimos amigos. Eric es el único fotógrafo que conozco que regala sus fotos militantes y que se tira la mitad de su vida con Los roma. Sus fotos tienen una cualidad particular. Todas son atípicas. Su meta no consiste en crear estética con la miseria. Pero al contrario, lo que pretende es resaltar situaciones: trabajan, desempeñan actividades masculinas, las adolecentes juegan a las cartas y están vestidas con vaqueros. Estamos muy lejos de los tópicos. En esas fotos, siempre se noto un fuerte respeto hacia la alteridad. Algunas son de una cualidad artística muy grande. Y esto, la editorial Pepita de Calabaza, lo captó muy rápido.

¿Qué recepción ha habido en España de tu libro?

Este libro ha recibido una mejor acogida en España que en Francia por múltiples factores. Gracias al trabajo del editor, gracias a la conciencia española del Pueblo Gitano, lo que no se da en Francia, y sobre todo gracias a una conciencia política general superior en España. Salió una crítica en El País no del todo buena, pero esto es positivo, artículos en las prensas regionales, una entrevista en la radio vasca. Nada de esto se produjo en Francia y sin embargo, sin prensa alguna, excepto anarquista, la primera edición del libro está agotada en Francia. Ahora, espero unir mis esfuerzos a los de las militantes feministas gitanas de España, como las de las asociaciones Romo para que vaya para adelante el reconocimiento de esas mujeres.

Tienes otro libro, publicado en Francia, sobre Louise Michel que puede ser tambien muy interesante, especialmente para el movimiento libertario en España y determinados círculos académicos. ¿Que nos puedes contar sobre este libro? ¿Se podrá ver algún día en España?

Si un editor tuviese interés en traducirlo, sería muy sencillo publicar esta biografía de Louise Michel en España, por supuesto. Fue un pedido de los responsables del sector editorial de la Federación Anarquista Francesa. Estaban creando una colección de biografías, un famoso, un anónimo, de dos en dos.

Estoy en contra del culto a la persona e intenté hacer de Louise Michel un icono de los sin voz, de los sin medallas, de los revolucionarios anónimos del siglo XIX que se identificaron a ella. Para mí, es una figura típica del feminismo anarquista y un emblema de la revolución, en un sentido abstracto, como en una pintura. Es interesante porque era un tanto loca, por lo menos en lo que tiene que ver con su vida privada. Tuvo una vida muy difícil y la revolución se convirtió en su única razón de ser. Se puede hablar largos ratos de Louise Michel. Los aspectos menos conocidos de su biografía son hoy en días los más interesantes. Para mí, fue un hito en mis relaciones y estudios con Los roms y los gitanos, ya que fue la primera anti colonialista francesa así como una intelectual de la igualdad entre los grupos humanos. La fraternidad de su relación con los Canaques de Nueva Caledonia, es una fuente de inspiración, ya que no era cosa habitual en el movimiento anarquista.

Parece que tus líneas de investigación se centran sobre el anarquismo, el feminismo y el pueblo gitano. ¿Que nos puedes contar sobre todo esto? ¿Que cosa llevó a la otra? ¿Tienes otros intereses?

No. En mi trabajo profesional, al día de hoy, no tengo otros intereses que no sean esas tres líneas: anarquismo, feminismo y etnia gitana. Pero existe un vector entre esas tres líneas: el concepto de minoría. No me interesa ninguna temática “mayor”. Para mí, tan solo las situaciones de minorías tienen sentido. Todo lo que es dominante me irrita, incluido en el propio seno de las minorías. Los anarquistas dominantes despiertan en mí  infinitas interrogaciones. Los que se creen que el anarquismo es tal cosa y no otra, los que piensan en término de dominación, de monopolio, no me interesan en absoluto. Y hay muchos. Lo mismo ocurre en el feminismo. También se conoce feministas dominantes. Hasta tal punto que esas feministas, que fueron en su tiempo subversivas se convirtieron en instrumentos oficiales y gobernantes.

Así por encima, ¿qué nos puedes contar entre una hipotetica relación entre el anarquismo y la cultura gitana?

Tienes razón al hablar de una hipotética relación entre cultura gitana y anarquismo. Todo el mundo conoce al gitano Helios Gómez. Hubo relaciones políticas y de solidaridad concreta entre anarquistas y gitanos, por lo menos en España. Una amiga gitana historiadora me comentó algunas de ellas. Se habla de casos de solidaridad durante la revolución, entre otros lugares, en Andalucía, entre algunos gitanos y anarquistas. Me parece que esas relaciones de ayuda se vinculaban a través de relaciones concretas de confianza real, de amistad y no mediante la abstracción política.

Por otra parte, los anarquistas, y según la misma fuente, no se libraron de los estereotipos, y hasta del racismo hacia los gitanos. Y no siempre supieron entender a los gitanos y su cultura. Abel Paz me contó una leyenda sobre Durruti y una columna, llamada “de los gitanos” que hubiese mandado construir sobre el frente de Aragón, para que  participase como “trabajadores verdaderos” a la revolución. En este punto mismo reside la incomprensión mayor que existe entre el anarquismo clásico y el Pueblo Gitano. La economía de Los roms, los gitanos no es en absoluto la nuestra. Y sin embargo, trabajan duro. Pero el ideal anarcosindicalista del trabajo minucioso, laborioso, austero, un trabajo cumplido en el dolor diario, no cuadra con la ética gitana. Los gitanos pueden participar de una revolución dejándoles todo su espacio de vida. Pero una revolución que les acorrala en unos conceptos de tipo “colonialista” no puede convenirles.

En el marco de las persecuciones, se dieron encuentros. Esta misma amiga me conto como los gitanos de Granada escondían en las cuevas anarquistas perseguidos, pero también me dijo apenada con sus propias investigaciones sobre una comunidad anarquista de los años revolucionarios habían demostrado que los gitanos eran considerados ahí como perezosos, sucios, inútiles, etc. En fin, lugares comunes.

¿Sigues activa en la Universidad? ¿Cómo ves el ambiente universitario sobre estos temas? ¿Cómo ha sido la recepción en la Universidad de tus trabajos y publicaciones?

¡Cuidado! ¡Que yo soy una universitaria fuera de lo común! No soy funcionaria. En otros tiempos, nuestras colegas italianas, nos llamaban las “lumpen-intelectuales”. Estoy con una beca de investigación para dos años más, pero sin vista al futuro. Soy una trabajadora intelectual precaria y lo he sido toda mi vida. Estuvo trece años en el paro, sin contar los años de marginalidad total que ni siquiera corresponden a un estatuto administrativo. Para que veas, cuando empecé con mis trabajos sobre gitanos, los gitanólogos me rechazaron (y me siguen rechazando, aun más los jóvenes que los viejos) y los universitarios ignoraban lo que significaba la palabra “Rom”. En esta época, tan solo un amigo investigador en filosofía me apoyó. Mucho antes, cuando hice mi tesis en 1978/1980 sobre la historia oral de los anarquistas, era una doble marginalidad. La universidad es un lugar de dominación y de conformismo. Tan solo acepta a los que garantizan su inmovilismo.

¿Como ves la situacion actual del movimiento anarquista y la del feminismo? ¿Has tenido algun tipo de militancia?

El movimiento anarquista vive hoy una situación ambivalente, contradictoria. Hay una multitud de luchas, por todas en el mundo, a las cuales los anarquistas se ven involucrados. Son luchas cada vez más sencillas de entender por parte de los anarquistas ya que tienen que ver claramente con las formas actuales del capitalismo. Por lo tanto, ahí, el anarquismo se encuentra cómodo y conoce perfectamente el lenguaje que hay que emplear. No hay dificultades ningunas para los anarquistas a la hora de apoyar tal huelga, tal ocupación, tal colectivo de sin papeles o de migrantes… Son temáticas tradicionales que no exigen ningunas reconversiones ideológicas para ellos.

En cuanto al feminismo, ¡hemos ganado! Hay cada vez más mujeres en todos los escalones de  la sociedad, encabezando el patronato internacional, los gobiernos de todos los continentes. Las injurias sexistas de los políticos son ahora identificadas como tal. Las mujeres salieron de sus reclusiones gracias al feminismo. Y como para cualquier otra lucha, son esas mujeres que el feminismo creó quienes marginalizan a sus compañeras, mandándolas al calabozo, al paro o a callarse. Por lo tanto, el feminismo está perdido. En su tiempo fue revolucionario. Ganó la partida a la reacción en su combate. Todo está por re-hacer. Nuestros compañeros siguen siendo inocentemente machistas: en el anarquismo, la teoría es cosa de hombres, hombres en corrillos. Y las mujeres anarquistas de diversas tendencias se niegan a unirse para que cambie esta situación. Se consideran feministas tan solo en el seno de sus propios aparatos (FA, CNT, etc). Las otras mujeres anarquistas de otras escuelas anarquistas no les interesan para nada. Por lo tanto, no hay un movimiento feminista anarquista pero tan solo grupúsculos sueltos y aislados. Las jóvenes repiten esloganes que para mi generación ya son obsoletos. Todos está por reinventar y la lucha de las mujeres, un día, empezará realmente.