La indignación que desde hace semanas recorre Barcelona no llamaría tanto la atención si no fuese por la resignación que le precede. Estando habituados al consentimiento y la impotencia generalizadas, la respuesta social al ataque del Estado contra nuestras condiciones de vida sólo puede entenderse como un momento de ruptura.Las plazas abarrotadas de personas que por primera vez rompen el aislamiento y debaten entre ellas, los constantes cortes de calle bloqueando el curso de la normalidad, la gente acorralando a las unidades de antidisturbios, las viviendas en peligro blindadas por vecinas que impiden deshaucios, los barrios que se auto-organizan al margen de representantes, las persecuciones contra inmigrantes saboteadas por solidarios… Éstas y muchas otras son las múltiples expresiones de una fuerza que se está descubriendo a sí misma, y que viene a anunciar el fin de la obediencia masiva.

Ahora el reto es mantener viva esta fuerza y desarrollarla hasta el final. No sólo para contener la ofensiva capitalista que en este momento concreto empobrece nuestras vidas, sino para acabar tambien con las condiciones que ya la hacían miserable antes. Estos días nos hemos demostrado que podemos mucho más de lo que creíamos. Pero aún podemos ir más lejos. Valemos para mucho más que para dar golpes a una olla, o para tomar una plaza. Podemos golpear cualquier cosa que nos separe de una vida que merezca la pena, y podemos tomar todo aquello que necesitemos para acercarnos a ella. Ahora nosotros decidimos.

De nosotros depende dejar que esta fuerza muera prematuramente, reduciéndola a unas cuantas demandas formuladas a los mismos dirigentes que nos están llevando al matadero, o hacerla madurar hasta que cuestione la miseria desde sus raices, desde las relaciones de poder que estructuran esta sociedad. Mediante las movilizaciones y la lucha en la calle, mediante la auto-organizacion, la acción directa, y el apoyo mútuo. Con la solidaridad frente a los ataques de los jefes, los deshaucios, las agresiones sexistas, la pobreza, la expulsión y la represión.

Que la manifestación del domingo no sea el fin de un momento puntual de protesta, sino el inicio de un proceso permanente de revuelta.

PORQUE SI NO CAMBIAMOS TODO, NO CAMBIARÁ NADA.

19 DE JULIO, TODAS Y TODOS A LA CALLE

Bloque Anticapitalista Antiautoritario

Manifestación contra los recortes

19 de junio 17:00 pl catalunya (delante del Banco Central)