Texto de Acratosaurio Rex del portal Alasbarricadas

Un juez ha encontrado indicios razonables como para trincar al llamado Teddy Bautista, Presidente de la SGAE, en un renuncio. Teddy ha dicho que no piensa dimitir: faltaría más. Tú ahí, aguantando, muchacho, que si te vas a casa te ajorcan. La Cúpula de su organización, dice hoy la prensa, no le aparta del cargo (seguirá cobrando, que es lo que cuenta), pero sí que le quita funciones, que serán tomadas por una Comisión Gestora y una persona de máxima solvencia. Es decir, que van a contratar a un montón de gente que les saque del embrollo. Dice la Cúpula de la SGAE que ellos no entienden de cuentas, que ellos sólo firman, y que confían en la buena voluntad de sus empleados, que son los que les ponen los papeles por delante…

 Bueno, y si no tienen ni santa puta idea de contabilidad y de desvío de capitales… ¿Para qué se meten en el cargo? Evidentemente, por los elevados salarios, por el ansia de poder y por las suculentas relaciones (empresarios, ministras, banqueros…). Amigos, sus retribuciones reconocidas quitan el hipo. Por lo visto el tal Teddy cobra sus más de 300.000 euros anules, y hace poco saltó a la prensa porque se había blindado una jubilación «vi-ta-li-cia» (muy considerado por su parte no seguir cobrando una vez muerto) de 24.500 euros mensuales (1), para cuando decida retirarse (es decir, nunca, así trabaja cualquiera).
Pero, en fin, la Cúpula de la SGAE dice que ellos son artistas inocentes, autores, gente bohemia, que viven para el Arte… Pamplinas. Ellos son rentistas, y todos los rentistas tienen sus buenos administradores. Además, eso de que los Altos Cargos y Hombres Providenciales no saben lo que firman, es una malísima escusa: no conocer la ley, no te exime de su cumplimiento, me han enseñado los jueces cuando me han puesto en el cepo. Y por lo que dice la poli, los que se creen muy listos son ellos (2).
Ahí tenemos a Víctor Manuel, afirmando cosas: que confía en la honradez de Teddy que repetir las elecciones internas sería «una burla a los socios» (sobre todo a los que les votaron), y que todo este cacao es una conspiración maleva contra inocentes cantautores (multimillonarios). La palabra «conspiración», lo aclara todo, y une el derribo de las Torres Gemelas por la CIA, a la trama de la SGAE para desvío de pasta gansa. Hay una mano negra jodiéndoles sus plusvalías…
Para conspiración, la de ellos. Lo honrado sería dimitir, convocar elecciones y que Fernández Sastrón (candidato que fue ninguneado en las anteriores elecciones), entre con una nueva ejecutiva que entienda de números y que depure las responsabilidades de todos los mangantes que a través de sus corsarios empresariales, se han pulido los millones y millones de euros mencionados por el juez. Eso sería lo reformista, lo audaz, lo transparente. Pues no: defendiendo la colina, ni un paso atrás. Porque atrás está el foso de los cocodrilos.
La ministra Sinde, la gran benefactora de la SGAE, rápida como un muelle, ha saltado diciendo que ella no tiene nada que ver, que el control de las entidades lo llevan las Comunidades Autónomas. El Gobierno asegura que no tiene nada que ver. Las Comunidades Autónomas juran que ellas no tienen nada que ver. Y aquí, nadie tiene nada que ver. Pues nada, todos ciegos. Al final plin, plan, buenos abogados, procesos de veinte años, y muertos antes de ir al patíbulo.
Ayer me comentaba la Manoli, la vendedora de cupones, que toda esa banda que tiene ese ansia de poder y de dinero, es porque goza de una sexualidad de mierda. A unos no se les levanta, las otras no lubrican, los más tienen atrofiadas sus glándulas (¿de ahí lo de microgénesis?). Añadía que, en cambio, nosotros somos pobres, y por eso las tenemos muy gordas.
Ya ves Teddy: todos tenemos cosas que aprender, así que, feliz tránsito por la escuela. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.
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NOTA
(2) La descontextualizada cita que transcriben los medios, asegura que los implicados en la trama sabían de cuentas y emitían juicios de valor como estos:
«El auto de la Audiencia Nacional recoge una larga serie de conversaciones telefónicas entre los imputados, donde los investigadores aseguran que se explica el entramado a través del cual los directivos de la SGAE se apropiaban del dinero de los socios. El movimiento de capitales entre entidades se produce entre cuatro empresas fundamentalmente: Microgénesis, SDAE, Portal Latino y la propia SGAE. Los implicados en la trama se corresponden a las figuras de responsabilidad de estas entidades: el director general de SDAE, José Luis Rodríguez Neri, el director de Microgénesis, Rafael Ramos, el presidente de la SGAE, Teddy Bautista, además de otros miembros del entorno familiar y de amistad de estos. En el caso de Neri, su hija Leticia Rodríguez Álvarez, su compañera, María Antonia García Pombo, su cuñada Pilar Eva García Pombo y su hermana Juana Cristina Rodríguez Neri.
De las conversaciones intervenidas entre estos implicados, destaca especialmente como indicio una llamada que se produce entre José Neri y su pareja María Antonia García Pombo, en la que éste le explica que el principal acreedor de la sociedad es el ministerio de Cultura. Así, asegura que el problema de fusionar la SDAE con la SGAE es que el ministerio de Cultura va a recibir “una carta que les dice que toda la pasta que han estado metiendo en la SDAE (2 millones de euros) era una puta mentira“. A las dudas que ésta expresa, Neri le responde que “eso sólo se puede hacer escondiéndolo” y que es conveniente “hacerlo primero” y no informar al ministerio “hasta el 1 de agosto, cuando están todos de vacaciones“. María Antonia García Pombo prosigue, segura de que “entre que son Funcionarios, entre que son el ministerio de Cultura, que son idiotas, entre que están de elecciones, entre que están de vacaciones, pues imagínate“».